domingo, 23 de junio de 2013

La historia del ciego albardonero que se verá en los cines

Conmovedora y única


Gonzalo Saguas perdió la vista hace cinco años, comenzó con la música y se descubrió su talento innato: no sólo canta y toca dos instrumentos, también da clases y lidera dos bandas. Su historia está siendo rodada para un documental con apoyo del INCAA. Por Miriam Walter


sábado, 22 de junio de 2013
La historia del ciego albardonero que se verá en los cines

Gonzalo Saguas tiene 20 años y hace 5 que es minusválido visual. Es muy querido en Albardón.
Para Gonzalo Saguas fue cosa de pocos días perder la vista. Y lo fue deprimirse. Y recobrar la esperanza a través de la música. También fue un flechazo encontrar a Rocío, quien tiene problemas para caminar pero van por la vida juntos a la par. Y fue inesperado llegar a ser el protagonista de un documental, hoy convertido en un excepcional intérprete de eufonio –una especie de trombón- y en un particular cantante que lidera dos bandas y que da clases comunitarias pese a su ceguera. Apenas tiene 20 años y la historia de este joven albardonero irá al cine: ya está siendo filmada por los realizadores bonaerenses Silvina Cuman y Javier Orradre.

 “Hace 5 años perdí la vista y como mi mamá no sabía cómo sacarme a flote me compró una guitarra y me trajo un profesor a mi casa, y a las dos semanas ya sabía tocar”, cuenta Gonzalo.

Atacado por una rara enfermedad que lo hace ver como por el ojo de una cerradura y que los médicos no saben todavía qué alcances tendrá, en una semana de ver normal pasó a perder casi toda la vista. “Fue un golpe muy duro porque tenía 15 años, iba a la escuela, hacía deportes y mi vida cambió mucho. Además de la enfermedad, me quedé como tildado, sin saber qué hacer con mi vida, para caminar, correr, comer, hacer todas las cosas sin ver”, recuerda.

En la escuela Braille, Gonzalo aprendió a darse vuelta sin sus ojos, descubrió allí que era capaz de hacer más de lo que imaginaba, que deprimido no lograba nada y que tenía que aceptar lo que le tocaba. Por ejemplo, para andar en micro, una vez que se sube cuenta las vueltas y sabe exactamente dónde bajarse en el centro, y se guía con los serruchos de la calle para saber cuándo está cerca de su hogar, una humilde vivienda ubicada en el barrio Néstor Kirchner, al lado del cerro Villicum, donde vive junto a su mamá y 3 hermanos.

“Si no hubiera sido por la enfermedad, no hubiera conocido nunca la música”, dice. Sorprende escucharlo tocar el eufonio y la guitarra y cantar como si lo hiciera desde siempre. Los que saben, dicen que es un músico nato.

Hay cosas a las que Gonzalo aún no se adecua. Por ejemplo, ahora no usa bastón porque no le gusta, después de haberlo llevado un tiempo como su principal apoyo en la calle. Pero en cinco años avanzó a pasos agigantados. “Los años me han ido ayudando a ir corrigiéndome”, cuenta.

Tan intenso es el vínculo con la música que ahora él da clases en el CIC de Campo Afuera y en un Lote Hogar de ese departamento. Asegura que ayudar a otros le sirve a él a ser mejor persona y a sobrellevar su enfermedad. “A mí me gusta más el ritmo folklórico”, cuenta Gonzalo, quien tiene hace dos meses el grupo de folklore  “Herederos” y desde hace un tiempo más largo lidera la banda “Sin control”, de música tropical. En Albardón dicen que son furor en los escenarios de parrilladas, cumpleaños y casamientos.

Con Rocío, quien tiene 16 años y se maneja desde siempre con muletas, comparten momentos de novela, se besan y abrazan apasionadamente y se ríen de cosas que se murmuran, enamoradísimos. Están juntos hace un año y 8 meses, ninguno había conocido el amor antes de conocerse en una plaza de Albardón. “Nos manejamos solos, la voy a visitar a su casa, nuestros padres están de acuerdo. Ella me ayuda mucho a escribir cosas, lo que quiero decir yo le dicto, todo lo que es visual lo hace ella, porque yo escribo cosas de autoayuda. Y para caminar yo voy de su lado izquierdo y ella se apoya en mí”, dice Gonzalo. Y agrega que es muy pronto para decir que se casarán o que tendrán hijos, pero a los dos se les dibuja una sonrisa cuando les preguntan. Ambos son muy creyentes y él canta seguido en la parroquia de la Virgen de Fátima de Campo Afuera.

Las reflexiones de autoayuda que escribe Gonzalo las quiere volcar un día en un libro. Y se imagina viviendo de la música hasta sus últimos días: “Cuando empecé no tenía claro lo que quería ser porque tenía 15 años, pero ahora sé que quiero ser músico”, asegura.


Vientos de Albardón

“Yo me siento bastante bien con todo esto, me ayuda”, evalúa Gonzalo Saguas sobre el largometraje documental que los bonaerenses Silvina Cuman y Javier Orradre están filmando hace tres semanas en San Juan, mostrando especialmente escenarios albardoneros.

El proyecto, en el que interviene como productora general la sanjuanina Betty Puga, ganó el subsidio del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) para el desarrollo del guión y la producción del documental; así como también la Beca Nacional del Fondo Nacional de las Artes.

La película documental con fines comerciales gira en torno a la relación entre Gonzalo y su maestro de Música,  Carlos García –quien lidera el grupo La Oveja Negra y los García, pero que también se dedica a la composición de música clásica-, con quien se conocen hace 3 años.

La relación entre ellos es de mucha complicidad y afecto.  Y se gestó dentro de la Banda Sinfónica Juvenil de Albardón que integra el Programa de Orquestas Juveniles del Ministerio de Desarrollo Humano local.

El punto culminante del rodaje será el próximo 29 de junio, cuando profesor y alumno interpreten los temas del documental en el II Encuentro Provincial de Compositores Contemporáneos, que se realizará desde las 21 en el Auditorio del Museo Provincial De Bellas Artes Franklin Rawson, y donde todos pueden ir a verlo.

Gonzalo también tendrá una antesala frente al público el sábado 22 de junio desde las 14,30, en el camping de la Mutual de la UNSJ, donde él tocará con una de sus bandas para el preselectivo del premio Santa Cecilia.

“Ahora practico con la guitarra y con el eufonio a la vez. Lo que me pone nervioso es saber que voy a tocar frente a gente con otro nivel académico, pero a mí la música me gusta”, dice Gonzalo sobre los shows, mientras se toma un respiro en medio de la filmación, que sus realizadores esperan terminar cuanto antes y poder exhibir antes de que culmine el año en los cines del país
.http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2013/6/22/historia-ciego-albardonero-vera-cines-34716.asp

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