martes, 30 de julio de 2013

Valor de los museos


30/07/2013 REALIDAD


Rosa Lorena Burgos Cardozo (*)



   
De acuerdo a las diversas definiciones que se ha dado sobre museos, por ejemplo, del Consejo Internacional de Museos (ICOM); puede afirmarse que éstos son instituciones muy importantes para la sociedad y su desarrollo porque exhiben, conservan, investigan, comunican y adquieren evidencias materiales de suma importancia para la humanidad. Pero ¿cómo surgieron y se desarrollaron a lo largo del tiempo?

En primer lugar, vale destacar, que el término deriva del griego museion que era el nombre de un templo de Atenas que estaba dedicado a las Musas. En el siglo III aC, la misma palabra fue utilizada para designar a un conjunto de edificios construidos por Ptolomeo Filadelfo en Alejandría Consistía en un complejo que comprendía la célebre biblioteca, un anfiteatro, un observatorio, salas de trabajo y estudio, un jardín botánico y una colección zoológica. Por otra parte, se sabe, que en el siglo V aC se otorgaba el nombre de pinacoteca a un ala de los Propileo de la Acrópolis ateniense. Pausanias cuenta que allí se conservaban las pinturas de Polignoto y otros artistas. En cuanto a los romanos, éstos coleccionarían las obras de arte griegas que entre el 212 aC y 146 aC colmaron los templos de Roma.

En la Edad Media, algunos templos conocidos acumularon varios objetos artísticos, como San Marcos en Venecia, y Saint- Denis, cerca de París, mientras que algunos reyes, amantes de la cultura, creaban sus propias colecciones. El emperador de Bizancio Constantino VII, era un auténtico arqueólogo y coleccionista de objetos de arte. Carlomagno, por su parte, reunió un tesoro fabuloso en el que abundaban obras de arte romano antiguo al que se sumaron el tesoro de los hunos, capturados por el duque de Friul el botín ganado a los musulmanes por Alfonso II "'El Casto" en ocasión de la toma de Lisboa, y los regalos de Oriente que le envió el califa Harun-al-Rachid.

En el Renacimiento el entusiasmo por el coleccionismo de obras artísticas aumentó. Es famosa la colección de los Medici en Florencia, que para su cuidado, Lorenzo "'El Magnífico'' nombró al escultor Donatello. Otras familias florentinas poseían verdaderos museos privados, como los Strozzi, los Quaratesi y los Ruceílai. En diversos palacios de príncipes italianos había estancias dedicadas a guardar colecciones de obra de arte antiguas que se hicieron famosas, como la de los Gonzaga en Mantua, de los Montelfeltro en Urbino, de los Este en Ferrara y de los Visconti en Milán. En 1471 el Papa Sixto IV fundó un anticuarium público en el Capitolio romano. En los siglos XVI y XVII las colecciones reales no dejaron de crecer. Fernando de Habsburgo reunió más de mil cuadros, una biblioteca de 4 mil volúmenes y cantidades de medallas de bronce, cerámicas y tapices. Luego, estas reliquias fueron instaladas en el palacio de Velvedere de Viena y abiertas al público en 1783 por orden del Emperador José II. Los reyes españoles Felipe III y Felipe IV enriquecieron la colección formada por Felipe II mediante compras realizadas en Flandes, Nápoles y Milán, a través de sus virreyes o agentes especialmente encargados de este trabajo. Todo ello fue la base del Museo del Prado. Las colecciones de los reyes de Francia fueron nacionalizadas en 1793 por un decreto del gobierno revolucionario. Instaladas en el palacio del Louvre, fueron abiertos al público bajo el nombre "'Museo de la República''. Estas series se enriquecieron gracias a la política de Napoleón que, en sus tratados de paz, obligaba a los vencidos a entregar grandes cantidades de obras de arte.

En 1873-1847 se construyó el edificio del British Museum, en Londres, inspirado en los Propileos de Atenas. Hacia 1830, Luis II de Baviera hizo construir la Gliptoteca de Munich. En 1843 se instaló en el palacio de Cluny en París, una gran colección de arte medieval. Y en 1852 se abrió al público el museo Ermitage de San Petersburgo. En la segunda mitad del siglo XIX se construyeron los primeros museos en EEUU, como el de la Universidad de Yale que se origina en la colección privada de James J. Jarves, legada en 1867. Pero la importancia de los museos estadounidenses arranca de los donativos realizados desde 1900 por los magnates de la industria y de las finanzas.

El Museo Nacional de Bellas Artes de la República Argentina, fue creado el 16 de julio de 1895 y abrió el 25 de diciembre de 1896, bajo la dirección del pintor y crítico del arte Eduardo Schiaffino, durante el gobierno de José Evaristo Uriburu. Quedaba satisfecha así la aspiración de autoridades, políticos, artistas y escritores, que nació casi con la Argentina independiente. Fue Bernardino Rivadavia, ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, quien instaló el Museo Público, a fines de 1823, materializando una iniciativa de 1812.

Evidentemente, las sociedades han ido evolucionando en el transcurso del tiempo comprendiendo el rol de los museos en su desarrollo.



(*) Profesora y licenciada en Historia
.http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=583581

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