sábado, 31 de agosto de 2013

Estas son las 12 tecnologías de uso diario que quedarán totalmente obsoletas en los próximos años

30-08-2013 Durante mucho tiempo disfrutaron del apogeo y el predominio, pero hoy son sustituidas velozmente y su destino final como objetos de museo se acerca cada vez más. ¿Quiénes fueron los que provocaron su inminente desaparición?        
Última actualización: 30/08/2013 6:08:00 pm
Hasta ayer nomás (en rigor, hasta hace unos años) eran artículos tecnológicos y electrónicos de uso diario y cotidiano. Pero hoy brillan por su ausencia, reemplazados por otros productos y servicios. Y aquellos que sobreviven tienen la suerte echada en los próximos años.
Aquí, una lista de una docena de estos dispositivos y prestaciones que tendrán a los museos como su destino final.
Copia de seguridad en disquete¿Se acuerda de los disquetes y los discos compactos o CD para hacer una copia de seguridad de sus archivos? Hoy son reemplazados por los discos duros externos de diseño elegante y memorias USB diminutas.
Sin embargo, hasta estos discos duros se están volviendo obsoletos para la persona promedio, por “culpa” de la computación en la nube, donde guardamos todos nuestros datos.
Por ejemplo, los servicios de almacenamiento en línea como Dropbox, iCloud, Google Drive, Carbonite, y SkyDrive de Microsoft son cada vez más el destino de las copias de seguridad.
Rollo fotográfico¿Cuándo fue la última vez que colocó un rollo de fotografías en una cámara? Mientras hace memoria, recuerde al mismo tiempo que Kodak recién este año pudo salir del proceso de bancarrota en el que cayó por el reemplazo de esta tecnología, donde era el jugador dominante, por el uso de imágenes digitales.
Cuenta de e-mail pagaCuesta creer hoy que gigantes como AOL, el principal proveedor de Internet en los Estados Unidos, consiguieron en sus inicios generar ingresos para su caja a partir del cobro del correo electrónico por diferentes capacidades.
En la actualidad, el mercado está dominado por Gmail, Yahoo y Hotmail, todos ellos gratuitos y con capacidades de almacenamiento inmensas para un usuario común.
Para recordar esas épocas del e-mail pago, nada mejor que ese éxito de Hollywood, “Tienes un e-mail”, con Tom Hanks y Meg Ryan:
Dial-up¿Se acuerda de aquella cadena de sonidos cuando se conectaba a Internet desde una computadora de escritorio en su casa?
La estática, el tono de marcación, que algunas veces daba fallado y había que repetir el intento, hasta que al final “enganchaba” la conexión.
El dial-up aún sobrevive en áreas donde la banda ancha no llegó, pero se estima que a mediados de esta década será parte de las primeras épocas de la red.
VideoclubLa creciente popularidad de Netflix y de otros servicios bajo demanda, más la descarga de copias ilegales de películas hacen prácticamente innecesario ir a una tienda real para alquilar películas.
Allí está el caso de Blockbuster para demostrarlo. A principios de este año, esta cadena cerró 300 tiendas y dejó sólo 500 lugares abiertos.
GPSLa tecnología de geoposicionamiento satelital está más vigente que nunca, pero crece por fuera de los dispositivos tradicionales, que tuvieron un muy buen desempeño pero que hoy resultan algo inútiles frente a los teléfonos inteligentes con Google Maps o Nokia Here.
Por ejemplo, el iPhone ofrece servicios de orientación y Android y BlackBerry y los Lumia de Nokia también, por lo que el usuario común no necesita indispensablemente un GPS tradicional para orientarse en las rutas o las ciudades.
Teléfono fijoCon una penetración inalámbrica superior al 100% de la población, no es de extrañar que muchas personas utilicen sus teléfonos móviles o servicios de voz de Internet como su principal forma de conectarse.
Así, el teléfono fijo se limita a las oficinas, los comercios, los estudios, pero está relegado en el caso de los usuarios finales.
En los Estados Unidos, algunas compañías de telecomunicaciones ya plantean la necesidad de reemplazar la telefonía fija por la inalámbrica, como se puede ver en el siguiente informe de AP:
Teléfono público
¿Llegó la hora del fin de la telefonía pública, cuando hasta las personas que no tienen hogar pueden disponer de un celular? Por ahora no, porque nada menos que en Nueva York buscan darle usos alternativos, como puntos de acceso a redes Wi-Fi gratuitas.
Mapa físicoDe la mano de los GPS e Internet, los mapas físicos están en riesgo, y todavía sobreviven si deben usarse en áreas fuera del alcance de las telecomunicaciones habituales.
Incluso, existen aplicaciones para armar mapas digitales a partir de la base de la famosa organización National Geographic:
Llamada de larga distanciaEmparentado con la defunción de la línea telefónica fija está la muerte de las comunicaciones telefónicas de larga distancia.
Gracias a la telefonía IP y la mensajería instantánea, ya no cuestan nada esas llamadas.
Skype, Viber, WhatsApp y otros servicios gratuitos de chat de Internet permiten hacer llamadas internacionales totalmente gratis, al menos por ahora.
VideograbadoraLos reproductores de DVD superaron a las videograbadoras en 2002.
Pero hoy el desarrollo de las películas digitales y de los DVR provocaron la muerte inevitable de los videocasetes.
FaxCon la llegada del e-fax, los documentos en PDF y en especial el correo electrónico, la espada de Damocles cayó sobre el fax, que pese a estar herido de muerte sobrevive en algunas actividades como prueba de documentación.
Como habrá observado en los videos incluidos en esta nota, se trata de tecnologías que tuvieron su tiempo de gloria, pero que hoy están en declive o cerca de desaparecer.

http://www.iprofesional.com/notas/167979-Estas-son-las-12-tecnologas-de-uso-diario-que-quedarn-totalmente-obsoletas-en-los-prximos-aos

Cómo es vivir sin tecnología en el siglo XXI

Hábitos


Sus amigos no les creen que no usen Facebook o que tengan un celular con linterna. A veces se sienten un poco extraviados en los after office o en las reuniones familiares. Pero prefieren manejarse con lápiz, papel y contactos cara a cara
Por   | Para LA NACION

¿Quién no volvió a su casa apurado, luego de haber salido para el trabajo, porque se olvidó el celular? ¿Cuántas personas no pueden pasar más de 10 minutos sin chequear su e-mail? ¿Quién no siente curiosidad de ver el comentario que hicieron en su estado del Facebook o la repercusión del último tweet que publicaron?
Mientras que nuestra dependencia de los dispositivos va en aumento, existen personas que se resisten a los avances técnicos. Es su forma de vida.
Por ejemplo, Diego Spano, comerciante de 33 años, sólo tiene un viejo equipo de Nextel que utiliza para trabajar. "Lo uso como radio y a veces envío mensajes de texto. No chateo ni tengo correo electrónico. Creo que no tener e-mail a veces complica mi trabajo, porque mis clientes me piden mi dirección de correo electrónico y se sorprenden cuando les digo que no tengo. Pero les digo que me manden un SMS, y asunto solucionado", asegura.
Cuando se le pregunta por qué no utiliza las redes sociales, Spano es terminante: "No tengo tiempo. Trabajo desde las 8 hasta las 20. Cuando llego a mi casa quiero estar con mi hijo. Me parece que a los que usan Facebook y Twitter les sobra el tiempo. No es mi caso". Asimismo, reconoce que a veces se siente molesto por quedar afuera de muchos comentarios que hacen sus amigos en reuniones. "Conversan sobre fotos o contenidos que compartieron en Facebook, y yo no tengo idea de qué están hablando. Ahí empiezo a pensar si soy yo el que me equivoco. Debería hablarlo en terapia", comenta con una sonrisa.
"Hace unos años fui a hacer una experiencia creativa en una agencia publicitaria enorme de Nueva York -narra, divertido, Sergio Pollaccia, publicista, CEO y director general creativo del Grupo de Comunicación Amen-. Como hablo muy bien inglés me asignaron una cuenta global. En el avión empecé a escribir conceptos, ideas, titulares y guiones en mi libretita de almacenero. Cuando llegué a la empresa me asignaron una oficina, una secretaria y una computadora, que sólo usé como portarretrato. Esa misma tarde me reuní con los directores del área. Recuerdo que cada uno tenía su computadora sobre la mesa. Todos hacían presentaciones que leían en las pantallas. Cuando llegó mi turno saqué del bolsillo mi anotador y realicé mi presentación leyendo mis papelitos. Todavía me acuerdo de la cara de asombro de los directivos. No podían creer que mis ideas estuvieran en papeles. Finalmente uno de esos conceptos que presenté fue aprobado y producido."
Pero Pollaccia, de 49 años, no sólo utiliza muy poco su computadora, tampoco le interesa tener el último smartphone disponible. "Tengo un móvil Samsung de 2008. Está muy golpeado, pero es el único que me entiende. Sólo lo utilizo para hablar y enviar mensajes de texto. También uso la calculadora", asegura.
Además este publicista tiene, en su oficina, una notebook, pero sólo utiliza el e-mail para trabajar y no usa redes sociales. "El Facebook de nuestra agencia y la comunicación digital de los clientes la maneja gente especializada", observa.
Sergio considera que la tecnología quita la calidez necesaria en algunos aspectos de la vida. "Hace un tiempo me regalaron un iPod y sólo lo uso para sacar fotos, aunque prefiero una buena cámara con rollo y esperar detrás del mostrador para ver cómo salieron las tomas. Tengo una Zenit semiprofesional rusa que es increíble. Las copias tienen una gran calidad. Cuando uso una cámara digital sólo veo las fotos en la pantalla, porque termino sin tenerlas en papel", dice.
Pollaccia reconoce que la tecnología facilitaría su tarea, sobre todo cuando se trabaja a la distancia, pero destaca que ésta puede fallar. "Hace poco intenté presentar una campaña a un cliente de Los Ángeles, vía Skype. Se cortaba constantemente la transmisión, así que finalmente me cansé y lo hice por teléfono", ejemplifica.
 
El publicitario Sergio Pollaccia, con su Apple Macintosh de 1984 , que todavía funciona. Foto: LA NACION / Fernando Massobrio
 

Al margen

Pablo Martín Oliver, un abogado de 37 años, asegura que el hecho de no utilizar tecnología no afecta, para nada, ni su vida social ni su vida laboral. "Muchos conocidos y familiares tiene teléfonos celulares sumamente costosos, pero cada vez que quieren establecer una comunicación sus equipos fallan, se quedan sin batería, no tienen señal o surge algún imponderable que les impide utilizarlos para comunicarse. En cambio, mi Nokia 1616, que hasta tiene linternita, no me falla nunca. Siempre tengo señal y la batería me dura cinco días. Además no tengo temor de que me lo roben, es pequeño y por lo tanto, cómodo y discreto", resume.
A este abogado no le interesa utilizar las redes sociales ni piensa cambiar su celular. Cuando se le pregunta sobre las dificultades que se le presentan a diario por no utilizar nuevas tecnologías sostiene que para el trabajo usa tanto el teléfono como el correo electrónico, por lo que no tiene inconvenientes. "Además aprendo a utilizar distintas tecnologías y software en la medida en que mis necesidades laborales, familiares o sociales me lo exijan. Aunque sé que soy un consumidor de tecnología que se sale del promedio", reconoce.
Silvina Bruno tiene 43 años y es licenciada en Ciencias de la Comunicación. "Tengo un celular, pero sólo lo utilizo para hablar. No envío mensajes de texto ni ninguna otra función del equipo. Además uso correo electrónico, pero sólo por cuestiones laborales; rara vez por motivos personales. La verdad es que la tecnología no me interesa. No es que no comprenda los nuevos equipos ni las redes sociales, simplemente elijo no utilizarlos. Disfruto más de otras cosas que me da la vida", dice Silvina.
Sus amigos se sorprenden cuando les dice que no usa chat ni redes sociales. Asimismo cuenta que tiene muchas anécdotas que evidencian su falta de interés por la tecnología. Todavía recuerda aquel día en que un compañero de trabajo cambió su celular y mandó su PIN por e-mail. "Yo le respondí: ¿Tu qué? Aún sigo sin saber qué es y para qué sirve -añade-. En el trabajo tengo un teléfono ultramoderno de Cisco, pero sólo sé transferir llamadas y ponerlo en silencio."
La tecnología está en todos lados y forma parte de cada momento de nuestras vidas, pero cada uno elige el protagonismo que le da. Algunos optan por tomar los dispositivos y las redes sociales como centro de sus vidas. Otros los utilizan sólo en ciertos momentos. Y aun hay un grupo de personas, como los entrevistados de esta nota, que tratan de usarlos sólo cuando es estrictamente necesario. En otras palabras, cada uno elige de qué forma está conectado en su vida..
http://www.lanacion.com.ar/1615424-como-es-vivir-sin-tecnologia-en-el-siglo-xxi

Científicos logran controlar un cerebro humano a través de Internet


Investigadores de EE.UU. conectaron dos personas en habitaciones aisladas; una ordenó mover el dedo de la otra con el pensamiento
 

Una interfaz entre dos computadoras permitió comunicar a través de Internet a dos cerebros humanos por primera vez, haciendo que una persona pudiese controlar un movimiento de otra, en una investigación efectuada por científicos de la Universidad de Washington, en Estados Unidos.
Rajesh Rao, uno de los investigadores que participó en el experimento, envió una señal desde su cerebro, a través de Internet, al cerebro de su colega Andrea Stocco, que se encontraba al otro lado del campus de la universidad.
¿El resultado? El dedo de Stocco se movió sobre un teclado. En el experimento se utilizaron grabaciones eléctricas del cerebro y una forma de estimulación magnética.
"Fue emocionante y espeluznante a la vez ver cómo una acción imaginaria de mi cerebro se traducía en acción real a través de otro cerebro. Era básicamente un flujo unidireccional de información de mi cerebro al suyo. El siguiente paso será tener una conversación bidireccional directa entre los dos cerebros", dijo Rao.
Estudios anteriores hicieron avances en este campo y llevaron a cabo experimentos parecidos entre animales. La Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard consiguió el pasado mes de abril conectar un cerebro humano al de una rata, lo que resultó en el control de los movimientos del animal. La rata movió la cola a voluntad del participante humano.

Experimento exitoso

Rajesh Rao, profesor de ciencias de la computación e ingeniería, trabaja en interfaces cerebro-ordenador en su laboratorio desde hace más de diez años. En su ambición por demostrar el concepto de comunicar cerebro con cerebro entre humanos, se asoció con Andrea Stocco, profesor asistente de investigación en psicología.
 
Rajesh Rao, uno de los investigadores que participó en el experimento, envió una señal desde su cerebro, a través de Internet, al cerebro de su colega. Foto: Archivo / Universidad de Washington
Desde un laboratorio, Rao estaba sentado vistiendo una gorra sobre la cabeza que contenía electrodos conectados a una máquina de electroencefalografía, que lee la actividad eléctrica en el cerebro.
Stocco, también sentado, se encontraba en su laboratorio al otro lado campus y llevaba un gorro de baño púrpura, que tenía una marca en el lugar donde debía situarse la "bobina de estimulación magnética transcraneal", que se coloca directamente sobre parte izquierda de la corteza motora, la cual controla el movimiento de la mano.
Durante el ejercicio, Rao debía mirar una pantalla de ordenador y jugar a un simple videojuego con su mente. El juego consistía en disparar un cañón contra un objetivo, así que pensó en mover su mano derecha (con cuidado de no hacerlo en realidad), como si estuviera presionando el botón de "fuego".
Casi instantáneamente, cuentan los investigadores en el comunicado, Stocco -que llevaba auriculares para evitar el ruido y no podía ver la pantalla de ordenador- involuntariamente movió su dedo índice para presionar la barra espaciadora del teclado que había frente a él.
Stocco explicó que el movimiento involuntario de la mano se parecía al de un tic nervioso. Las tecnologías utilizadas por los investigadores para el registro y la estimulación del cerebro son ampliamente conocidas.
La electroencefalografía es utilizada de forma rutinaria por los médicos e investigadores para registrar la actividad cerebral no invasiva en el cuero cabelludo. Asimismo, la estimulación magnética transcraneal es una forma no invasiva de estimular el cerebro para provocar una respuesta.
Su efecto depende de donde se coloca la bobina. En este caso, se dispuso directamente sobre la región del cerebro que controla la mano derecha de una persona. Mediante la activación de estas neuronas, la estimulación convenció al cerebro de que tenía que mover la mano derecha, explican los científicos.
Un grupo de estudiantes de ciencia e ingeniería informática escribió el código informático para el proyecto y tradujo las señales del cerebro de Rao en un comando para el cerebro de Stocco. Los aparatos estuvieron conectados a través de Internet, por donde viajaron las señales. "Internet era una manera de conectar las computadoras, y ahora puede ser una manera de conectar el cerebro", dijo Stocco.
El equipo estuvo conectado en todo momento a través de videoconferencia, para que los dos laboratorios pudieran coordinarse. Ni Rao ni Stocco podían verse en las pantallas, pero cada vez que Stocco movía el dedo, un grito de alegría se escuchaba en el otro laboratorio al confirmar que, efectivamente, el experimento estaba funcionando.

"Ciencia ficción"

Andrea Stocco bromeó con que el resultado del experimento se asemejaba a la "fusión mental", mediante la que los humanoides de Star Trek intercambiaban pensamientos por telepatía.
Pero Rajesh Rao advirtió que, aunque el descubrimiento tiene una amplia gama de posibilidades, por ahora sólo se trata de poder canalizar simples señales cerebrales, no pensamientos reales. Y aclaró que este descubrimiento no le daría a nadie la capacidad de controlar acciones de otro en contra de su voluntad.
"Creo que algunas personas se pueden poner nerviosas porque sobrestiman la tecnología", dijo Chantel Prat, profesora asistente de psicología en la Universidad de Washington. "No es posible que la tecnología de que disponemos en la actualidad se pueda aplicar a un individuo sin su participación voluntaria", añadió.
Los investigadores dieron algunos ejemplos de la utilidad de esta tecnología, en caso de poder desarrollarse en el futuro.
Uno de los casos, propusieron, es que alguien desde la tierra pueda ayudar a un asistente de vuelo a los viajeros en un avión si el piloto queda incapacitado. O que una persona con discapacidad pueda comunicar su deseo, por ejemplo, por la comida o el agua.
"Las señales del cerebro de una persona a otra funcionarían incluso si no hablan el mismo idioma", apuntaron. 
.http://www.lanacion.com.ar/1615385-cientificos-logran-controlar-un-cerebro-humano-a-traves-de-internet

27 instrumentos para aprender de astronomía



Viernes, 30 de Agosto de 2013 20:57
13_inauguracionSan Juan.- Alter Caelum, la muestra de elementos astronómicos que fueron expuestos en Tecnópolis, se inauguró oficialmente. Las escuelas ya pueden anotarse para visitar el lugar y en octubre se abrirá al público en general.

U
n atractivo para aprender, recrearse y conocer más sobre la historia de la astronomía. Ese es el objetivo del Parque Astronómico Alter Caelum, el otro cielo que ayer quedó oficialmente inaugurado  en los jardines del Complejo Universitario Islas Malvinas, en Rivadavia. “Este es un espacio donde se va a recorrer a través de los instrumentos gran parte de la historia de la astronomía de distintas culturas y épocas materializada con instrumentos y dispositivos que permiten ver como se miraba el cielo en épocas previas a la invención del telescopio”, explicó el licenciado  Horacio Tignanelli, del ministerio de educación de la Nación quien se ocupó personalmente de supervisar el armado de la muestra. Entre los atractivos hay réplicas de  instrumentos de 4 mil años o 2 mil años y también un telescopio que se puede utilizar hasta de noche para mirar los astros.
“San Juan es una provincia astronómica con alta tradición en la observación del cielo y la universidad apoyo mucho la muestra en Tecnópolis con estudiantes de la carrera de astronomía que atendieron a mas de 40 mil personas. Queremos que forme parte del turismo educativo”, destacó el profesional como uno de los factores por los que esta muestra se instaló en la provincia.
Ahora las escuelas podrán visitar en forma gratuita este lugar en horario de mañana y tarde que contará con 4 guías especializados para el recorrido. Los interesados pueden contactarse con la Facultad al mail visitas@fupaca.org.ar. Queda por definir como serán las visitas para el público en general recién en el mes de octubre. Según expresó el licenciado Jorge Catnich se pretenden realizar los días viernes o cuando haya algún evento astronómico de importancia.
En el acto oficial, el decano Néstor Weidmann destacó los proyectos que lleva adelante la Facultad de Ciencias Exactas y además recalcó que el próximo 28 de septiembre el Observatorio Félix Aguilar cumplirá 60 años, como uno de los institutos de investigación más antiguos de la casa de altos estudios.
http://www.elzonda.info/index.php/27-instrumentos-para-aprender-de-astronom%C3%ADa.html

Quiere donar 14 mil reliquias para un museo provincial

31/08/2013 COLECCIÓN PRIVADA

Es el propietario del Museo Einstein que dijo que el lugar necesita más difusión y mantenimiento. Fabiana Juárez - Diario De Cuyo




   
Tiene 14.000 piezas de botánica, zoología, paleontología y arqueología, pero sólo tiene expuesta la mitad. La falta de espacio y de vitrinas es el principal inconveniente que enfrenta, sumado a la falta de recursos económicos para ampliar la infraestructura. Es por eso que tiene decidido desprenderse de todos los tesoros que recolectó en los 250 viajes que realizó por diferentes provincias y países. Se trata de Domingo Castro, propietario del Museo Einstein, enclavado en la Quebrada de Zonda, y que le ofreció al Gobierno donarle su colección completa para hacer un museo provincial. Desde el Ministerio de Turismo y Cultura dijeron que están muy interesados en aceptar este ofrecimiento.

’La cultura es para compartirla con todos, y para ello se necesita difundirla. Por eso prefiero que mis piezas históricas pasen a ser parte de un museo provincial para que el Gobierno se encargue de darles el valor y la difusión necesarias’, dijo Castro.

Por su parte, Dante Elizondo, ministro de Turismo y Cultura, dijo que está al tanto del ofrecimiento de Castro, y que se está evaluando la aceptación de su donación. ’Estas piezas también forma parte del patrimonio cultural de la provincia, y estamos dispuestos a darles el valor que merecen. Por ahora estamos evaluando el tema’, dijo Elizondo.

En funcionario agregó que en caso de que el Gobierno se haga cargo del museo, lo primero que se hará será la clasificación y categorización de todas las piezas. Dijo que posteriormente se evaluaría si el museo continuará funcionando en una de las cuevas de la Quebrada de Zonda, donde se encuentra actualmente.

El Museo Einstein fue inaugurado el 31 de julio de 1984, durante la gobernación de Leopoldo Bravo. Originalmente ocupó las cuevas donde actualmente funcionan las Cavas de Zonda.

Castro dijo que desde que se inauguró hasta ahora, el museo recibió 100.000 visitas. La entrada cuesta $10 y puede visitarse todos los días desde las 12.

http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=588304

Los secretos de un chalet italiano


RINCONCITOS SANJUANINOS

Los secretos de un chalet italiano

Es uno de los lujitos arquitectónicos de Santa Lucía y esconde un exquisito estilo de vida de principios del 1900. Por Gustavo Martínez Puga.


viernes, 30 de agosto de 2013
Los secretos de un chalet italiano
Así es la vista del chalet ubicado en Hipólito Irigoyen, al Este de Aristóbulo del Valle
Por Gustavo Martínez Puga
gmartinezpuga@tiempodesanjuan.com

Desde afuera llama la atención. Impactan sus grandes ventanales con vidrios de colores repartidos en las plantas baja y la alta; las finas terminaciones con molduras en el balcón, las cornisas de las ventanas y en el frente. Pero una de las cosas que más llama la atención es que la entrada principal es un portón de madera común y corriente. En realidad, detrás de esa entrada se esconde uno de los secretos de un chalet italiano que enorgullece a Santa Lucía.

Está ubicado en la avenida Hipólito Irigoyen, al este de Aristóbulo del Valle, en Santa Lucía. Y uno de los pocos datos que dejó la tradición oral dice que la bella casona fue construida por un arquitecto italiano, quien hizo traer pisos, vidrios y el empapelado de las paredes desde Europa.

La construcción del chalet tiene secretos que sólo se pueden descubrir desde su interior, donde se aprecia que la casa fue construida para con muchas comodidades, sobre todo si se tiene en cuenta que data de principios del 1900.

Uno de esos secretos está en el portón de entrada. Es que la casa está pensada para que sus dueños pudieran atravesarla completamente en un automóvil: desde la calle hasta el fondo.
De hecho, el garaje está al terminar la casa y los jardines del fondo están divididos en dos partes, separadas por la entrada del vehículo, la cual está cubierta por un encatrado de cepas de uvas.

Los dueños podían entrar en su vehículo y bajarse en un hall de entrada, del que se distribuían el comedor de diario, el de visitas, la cocina, un baño y la oficina principal. Así, se bajaban del auto directamente a la casa.

Esa entrada principal tiene otros dos portones que le suceden al principal: uno de ellos es de madera y vidrios biselados, el cual da un aspecto muy fino; el otro es que separa el hall principal del fondo del chalet, y está construido en hierro y con vidrios de colores repartidos que permiten la entrada de la luz solar en distintos colores.

Detrás de una de las puertas del hall principal se esconde otro de los secretos del chalet italiano: hay un pequeño pasadizo que lleva como a una especie de sótano, en desnivel respecto de la casa, pero que no llega a estar debajo de la misma. Se piensa que fue pensado como un valijero o para resguardar cosas.

De ese hall principal parte la escalera que lleva a la planta alta. Allí hay tres habitaciones y un gran año, el cual supo recibir en la bañera la luz solar a través de los vidrios de colores de un gran ventanal. Antes ese ambiente daba a un gran patio de luz, del que se tenía una vista única del fondo y sus grandes frutales. Ahora allí construyeron un pequeño departamento.

Hacia el frente de esa planta alta están las habitaciones. Allí se esconde otro de los secretos: desde la calle se observa un balcón y sus puertas con vidrios de colores, pero desde adentro ese es un pequeño lugar, muy cálido, el cual se cree que fue pensado como un pequeño estudio o lugar de trabajo, del que se tenía una vista hacia la avenida Irigoyen. Además, como es un primer piso, por allí se ventila la planta alta al estar en contacto con el Sur.

El hall de esa planta alta, del que se distribuyen las habitaciones, el baño, la terraza y el estudio del balcón principal, tiene en muy buenas condiciones los lujosos mosaicos del piso. Como el de las habitaciones, cada mosaico está formado por dibujos hechos como con pequeñas venecitas.

Tanto el hall principal como las habitaciones tienen el empapelado original, con guardas en lo alto que separan el techo de las paredes.

En ese hall de la planta alta hay otra puerta con una escalerita que pareciera conducir a la terraza. Pero en realidad es otro de los secretos del chalet italiano: no tiene terraza y la escalera fue pensada para acceder cómodamente al techo.

El chalet italiano fue adquirido por Carlos Alberto Yacante en la década del ´50. Sin embargo, este abastecedor de la feria de abasto de la Capital compró la casona para usar la planta baja como oficinas administrativas. Mientras que la planta alta fue habitada por una de sus tres hijos, Teresa Yacante, quien vivió allí con sus seis hijos desde el ´63 hasta el 2000.

“Es una casa muy grande para que yo viva sola. Es muy linda, pero cuesto mucho mantenerla”, comentó Teresa a Tiempo de San Juan                                                                                   .http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2013/8/30/secretos-chalet-italiano-38803.asp

Dulce de membrillo: Se vienen las degustaciones

para la denominación de origen


En el mes de octubre se reuniría el panel de análisis sensorial en el marco del proyecto piloto "Denominación de Origen Dulce de Membrillo Rubio San Juan".


viernes, 30 de agosto de 2013
Dulce de membrillo: Se vienen las degustaciones
La conformación de un panel de análisis sensoriales fue uno de los puntos acordados en el taller de trabajo del proyecto piloto "Denominación de origen dulce de membrillo rubio-San Juan" que ejecuta el ministerio de Producción y Desarrollo Económico conjuntamente con el PROCAL. Allí se conformó un listado de interesados en participar del panel cuyas reuniones comenzarían en octubre.

Durante el taller se evaluó además la evolución del programa y acciones a seguir en orden a la identificación y valorización del dulce de membrillo rubio, como producto emblemático de San Juan, así como la necesidad de generar nuevos canales de comercialización.

Concurrieron agroindustrias elaboradoras; elaboradores artesanales; miembros de FECOAGRO; Escuelas Agrotécnicas; profesionales y técnicos de apoyo del PROCAL; representantes de la UCCuyo, profesionales de la Agencia San Juan de Desarrollo de Inversiones; técnicos del  PROSAP, miembros del Instituto terciario de Enología; productores de membrillos;  funcionarios de la Secretaría de Producción de Jáchal; de la Dirección de Desarrollo Agrícola; de la Dirección de Sanidad Vegetal; de la Dirección de Desarrollo Económico y Competitividad y del Instituto de Investigaciones Tecnológicas.

El encuentro comenzó con la exposición de la Dra. Elena Schiavone del PROCAL, quien expuso sobre las potencialidades del producto para ser diferenciado y calificado mediante denominación de origen, y la metodología a seguir en el proceso de construcción colectiva del sello de calidad.

Conforme al temario previamente propuesto para el taller se trabajó en:
Avances en la caracterización: identificación de los actores interesados; resultados de las encuestas realizadas; presentación de los análisis físico químicos realizados a membrillos fruta, pulpa y dulce de distintos departamentos de la Provincia;  definición de características sensoriales a evaluar, a consideración y conocimiento de los asistentes.

Programas y acciones concurrentes a la valorización de la cadena productiva: 

a) Dirección de Sanidad Vegetal y el Secretario del Municipio de Jáchal:  cuadrillas de poda de membrillo y capacitaciones en curso en el departamento Jáchal;
b)  Competitividad: diversas herramientas disponibles para mejoras: programa de proveedores de Wall Mart; créditos CFI, Programas de Mejora Competitiva (AGSJDI) – con particular énfasis en la necesidad de organizar una mesa o asociación que resulte una contraparte efectiva y representativa del sector; base para la implementación de acciones de apoyo- estudio en curso de la cadena de valor; asociar la oferta de dulce de membrillo a otros productos como el vino y el aceite de oliva; 
c) estudios sobre la calidad: Jáchal: proyecto DETEM 2011 junto con Universidad Nacional de San Juan, evaluación de características de productos y agroindustriales del departamento;
d) Aportes No reembolsables – PROSAP-PROCAL: lineamientos básicos del funcionamiento de los ANR y posibilidades de acceso a los mismos;
e) PROCAL. experiencias de difusión y apoyo a la comercialización de alimentos gourmet; difusión a través de chefs y cocineros;
f) SAGyA: Dirección de Desarrollo Agrícola: posibilidad de incorporar dulce de membrillo en la oferta de Frutas y Verduras para todos;
g) Tradición productiva: datos sobre la historia del membrillo en San Juan, y su carácter de alimento cultural/ tradicional;
h) Escuelas Aerotécnicas: formación de recursos humanos en la elaboración de dulce de membrillo. Necesidades para la mejora. 

Fuente: prensa del ministerio de Producción

 http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2013/8/30/dulce-membrillo-vienen-degustaciones-38828.asp

10 consejos para enseñar la solidaridad a los niños

10 consejos para enseñar la solidaridad a los niños

La solidaridad. Educar en valores a los niños
Los niños no nacen solidarios, la solidaridad se enseña a los niños a través de muchas formas y en distintas situaciones del cotidiano. Sigue algunos consejos para enseñar a los niños a que sean solidarios:
1- La solidaridad debe ser enseñada y transmitida a los niños sobretodo a través del ejemplo. Los padres deben ejercitar la solidaridad entre ellos, con sus hijos, vecinos, amigos y otros familiares. Es el ejercicio que más fomenta la interiorización de los valores en los niños.
2- Es necesario que los padres enseñen a los niños a ponerse en el lugar del otro y eso puede empezar por ellos mismos. A partir de los 2 años de edad, los niños ya empiezan a tener más conciencia del otro, de conductas como el compartir, asistir, colaborar, ayudar, etc. Ese es un buen momento para empezar.
3- Ser solidario debe ser una regla como las demás normas de educación.
4- Es muy importante la comunicación entre padres e hijos. La comunicación fomenta la confianza de los niños a las enseñanzas y a la transmisión de valores de sus padres.
5- Es recomendable que los padres hablen a sus hijos de lo que está bien y mal, como también de lo que al otro le gustaría y qué podría hacer ellos para colaborar, para ayudar o cooperar.
6- Una educación permisiva o autoritaria no es un canal ideal para la transmisión de valores. Para promover valores pro-sociales como la solidaridad, es necesario que el niño reciba una educación más democrática, en un entorno afectivo y comunicativo positivos, que el niño tenga libertad para expresarse.
7- Comentar con los hijos algunas situaciones o acontecimientos que refuerzan la labor solidaria de alguna persona y lo que ella ha conseguido. Así, estarán promoviendo este valor tan importante.
8- En la escuela, se debe trabajar la empatía en los niños, es decir, el despertar de la preocupación por los demás. Que ayuden a los pequeños a llevar la mochila, que compartan material escolar a los que se haya olvidado y que se preocupen por algún compañero que esté enfermo…
9- La solidaridad es altruismo que se aprende y se afianza con la práctica y el ejercicio.
10- Se fomenta la solidaridad combatiendo gestos, actitudes y conductas egoístas, cómodas, intolerantes... en los niños.
http://www.guiainfantil.com/articulos/educacion/valores/la-solidaridad-educar-en-valores-a-los-ninos/

viernes, 30 de agosto de 2013

Un libro analiza la discriminación contra 17 colectivos en Argentina

"Exclusión-Inclusión 2", impulsado por la DAIA y el Instituto Nacional Sanmartiniano, fue presentado hoy

Gitanos, homosexuales, afrodescendientes, pueblos originarios, inmigrantes, en total son 17 los colectivos discriminados, cuyas situaciones son analizadas en "Exclusión-Inclusión 2", prologado por la ministra de la Corte Suprema Elena Highton de Nolasco.
El libro compila los análisis de 20 académicos que colaboraron que el proyecto de la DAIA y el Instituto Nacional Sanmartiniano, y cuenta con el apoyo del Centro de Estudios Sociales (CES).
"Exclusión-Inclusión 2" cuenta con el prólogo de la Dra. Elena Highton de Nolasco, jueza de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En el acto de presentación estuvieron el presidente de la DAIA, Julio Schlosser, el titular del Instituto Nacional Sanmartiniano, Eduardo García Caffi, la directora del CES, Marisa Braylan, y la responsable de Pueblos Originarios del INADI, Carmen Burgos.

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http://www.infobae.com/2013/08/29/1505208-un-libro-analiza-la-discriminacion-contra-17-colectivos-argentina

 

Cómo las nuevas herramientas pueden cambiar el periodismo


Por Javier Rodríguez Petersen

Expertos de todo el mundo intercambiaron ayer experiencias sobre información y tecnología, en Buenos Aires.
30/08/13
Cientos de programadores, periodistas y diseñadores se reunieron ayer en el Centro Cultural Konex en la apertura del Hacks Hackers Buenos Aires 2013 (HHBA). La reunión, que sigue hoy y mañana, es el capítulo local de una organización que viene impulsando, en todo el mundo, el trabajo colaborativo entre saberes complementarios en busca de un periodismo abierto y cívicamente comprometido, que pueda aprovechar las herramientas tecnológicas para darle más y mejor información a su audiencia, para buscar e interpretar enormes caudales de datos y para presentarlos de una manera comprensible.
Para los tres días del HHBA se inscribieron más de 900 personas. “Es la reunión de hacks (periodistas) y hackers (programadores) más grande del mundo. Equivale a casi diez reuniones en los Estados Unidos”, festejó ayer en el cierre de la primera jornada Dan Sinker, el referente mundial de Mozilla Open News, la organización “madre” de la movida.
En la reunión, una suerte de encuentro comunitario entre profesionales de áreas diferentes que quieren aprender unos de otros, casi todo gira en torno a los datos: los que están disponibles, porque son volúmenes más grandes que en ningún otro momento de la historia y hay que buscar cómo usarlos para entender mejor la realidad (despejar las nubes, en lugar de que eso se transforme en una sobrecarga informativa); y también, por motivos obvios, los que están ocultos, distorsionados o retaceados por los gobiernos. Se habla de cómo ordenarlos, de herramientas para interpretarlos, de cómo incluirlos en la narración de una historia con sentido periodístico y mostrarlos... y de compartirlos, dejarlos abiertos para que otros puedan también explorarlos.
La primera jornada fue abierta y conducida por el argentino Mariano Blejman, responsable de la organización local y de impulsar desde hace dos años otra serie de encuentros más chicos entre programadores, periodistas y diseñadores gráficos. Entre otros expositores, Jacqui Maher, subeditora del área interactiva de The New York Times, habló sobre la experiencia del diario en los Juegos Olímpicos de Londres 2012; Noah Veltman, de la BBC, intentó “desmitificar” el código para los periodistas (con la idea central de que hay que buscar el diálogo entre los mundos de la redacción y los programadores para no que no se pierdan en las traducciones).
Esta es la segunda edición porteña del encuentro; la primera se realizó el año pasado. Durante los dos primeros días, además de las conferencias de referentes locales y de distintas partes del mundo, hay decenas de talleres que se desarrollan en simultáneo en las distintas salas del Konex y en las que se repiten términos como visualización (de datos), análisis semántico (de textos y documentos), mapas o código (de programación), y también se habla de software de código abierto diseñado específicamente para la investigación, la presentación y las narrativas del periodismo de datos.
http://www.clarin.com/sociedad/nuevas-herramientas-pueden-cambiar-periodismo_0_983901709.html

Leonardo Da Vinci y su viaje al interior del cuerpo humano


Por Julieta Roffo

Una exposición compara sus dibujos del cuerpo humano con tomografías computadas, resonancias magnéticas y escaneos 3D.
30/08/13

Es 1507. Leonardo Da Vinci, que ya lleva cuatro años trabajando en la Mona Lisa, está sentado junto a un viejo de unos 100 años en el lecho de muerte de ese hombre, en el Hospital Santa María Nuova de su Florencia natal. La conversación transcurre cada vez más lenta, el anciano se apaga, se muere, y Leonardo escribe en su diario: “No había nada mal en su cuerpo, excepto la debilidad. Decidí diseccionarlo para entender la causa de una muerte tan dulce”. La anatomía humana se vuelve, definitivamente, uno entre tantos de sus intereses, aunque ya había pasado décadas diseccionando cadáveres animales.
No es una novedad la pericia con la que el genio del Renacimiento representó el cuerpo humano en sus dibujos: desde que esos dibujos se conocieron en 1900, los anatomistas reconocieron la claridad con la que Leonardo bosquejó órganos, músculos y huesos. Pero sí es novedosa la manera de exponer sus obras: en Edimburgo se exhiben hasta el 10 de noviembre treinta dibujos originales de Da Vinci junto a tomografías computadas, resonancias magnéticas y escaneos 3D, todo en alta definición, para que la comparación con la tecnología actual constate su talento.
Los 30 dibujos elegidos son parte de un lote de 600 que pertenece desde 1690 a la Colección Real Británica, pero que permaneció inadvertido hasta inicios del siglo XX. No sólo hay dibujos, sino también las anotaciones –unas 13 mil palabras– de Da Vinci, realizadas a través de su inconfundible escritura espejada.
Es que entre 1507 y 1513 Leonardo diseccionó unos treinta cadáveres –sin problemas legales ya que una bula papal de 1482 autorizaba esa práctica–, y en algunos casos lo hizo con ayuda del profesor de anatomía de la Universidad de Pavía Marcantonio della Torre. El corazón, los músculos y la estructura ósea eran las cuestiones que más le interesaban, y el objetivo artístico asomaba: perfeccionar el conocimiento del cuerpo humano le permitiría pintar mejor a sus modelos sobre el lienzo.
La cercanía con Della Torre le permitió, en esos años, conocer mejor los huesos: dibujó casi todos los del esqueleto desde diferentes ángulos, incluida la primera representación acertada de la columna vertebral y de los grupos musculares más importantes del cuerpo. Los dibujos de la columna están entre los más destacados de la muestra “Leonardo Da Vinci: Las mecánicas del hombre”, junto con el de un bebé dentro del útero materno: ese bosquejo, según los expertos, está basado en la disección del cadáver de una vaca preñada que el artista realizó, y se muestra junto a un ultrasonido en 3D de un feto de 15 semanas.
Los bosquejos de manos y hombros, en los que no sólo se ven huesos sino también tendones y músculos, se exponen acompañados por animaciones en alta definición que equiparan el conocimiento obtenido hace más de 500 años a través de un bisturí y una pluma con el que puede obtenerse hoy a través del diagnóstico por imágenes.
“La sabiduría anatómica de Da Vinci podría haber transformado el conocimiento médico, pero permaneció oculta en sus cuadernos durante mucho tiempo”, le dijo al diario The Guardian Martin Clayton, curador de la muestra de Edimburgo.
Otra de las cuestiones que la exposición revela es cuán cerca estuvo Da Vinci de descubrir la función del latido del corazón en la circulación de la sangre, que un siglo después descifraría William Harvey. “El 95 por ciento de su teoría era correcta pero le fallaba el corazón”, sostuvo –en declaraciones al diario español El País – Peter Abrahams, docente de la Universidad de Warwick, especialista en anatomía clínica y uno de los impulsores de esta muestra.
“Nadie entendió los dibujos de Leonardo porque eran demasiado avanzados para su tiempo (...) Tendrían que pasar 300 o 400 años más para que el resto del mundo llegara a las mismas conclusiones”, explicó Abrahams, que desde hace unos cuarenta años dicta sus clases sirviéndose de las láminas dibujadas por Da Vinci porque, asegura, así “consigue que la anatomía se vuelva interesante” para sus alumnos.
El tratado de anatomía con el que Leonardo soñaba nunca se publicó: el artista, matemático y también anatomista murió en 1519, sin develar para qué servía el corazón, un órgano que –como a tantos– lo obsesionaba.
http://www.clarin.com/sociedad/Leonardo-Da-Vinci-interior-cuerpo_0_983901711.html

Zygmunt Bauman: la cultura en la era del consumo


Zygmunt Bauman analiza cómo la economía y el mercado transformaron los bienes culturales en objetos de compra y venta
Por   | Para LA NACION


Sobre la base de estudios realizados en Gran Bretaña, Chile, Hungría, Israel y Holanda, un equipo de trece miembros dirigido por el respetado sociólogo de Oxford John Goldthorpe llegó a la conclusión de que ya no es posible diferenciar fácilmente a la elite cultural de otros niveles más bajos en la correspondiente jerarquía mediante los signos que otrora eran eficaces: la asistencia regular a la ópera y a conciertos, el entusiasmo por todo lo que en algún momento se considere "arte elevado" y el hábito de contemplar con desprecio "lo común, desde las canciones pop hasta la televisión comercial". Ello no equivale a decir que ya no existan personas consideradas -en gran medida por ellas mismas- integrantes de una elite cultural: verdaderos amantes del arte, gente que sabe mejor que sus pares no tan cultivados de qué se trata la cultura, en qué consiste y qué se juzga comme il faut o comme il ne faut pas -apropiado o inapropiado- para un hombre o una mujer de cultura. Excepto que, a diferencia de aquellas elites culturales de la modernidad, ya no son "connoisseurs" en el sentido estricto de menospreciar el gusto del hombre común o el mal gusto de los ignorantes. Por el contrario, hoy resulta más apropiado calificarlos de "omnívoros", recurriendo al término acuñado por Richard A. Peterson, de la Vanderbilt University: en su repertorio de consumo cultural hay espacio para la ópera y también para el heavy metal y el punk, para el "arte elevado" y también para la televisión comercial, para Samuel Beckett y también para Terry Pratchett. Un mordisquito de esto, un bocado de aquello, hoy una cosa, mañana otra. Una mezcolanza. de acuerdo con Stephen Fry, autoridad en tendencias de la moda y faro de la más exclusiva sociedad londinense (así como estrella de exitosos programas televisivos). Fry admite públicamente:
Una persona puede ser fanática de lo digital y a la vez leer libros; puede ir a la ópera, mirar un partido de críquet y reservar entradas para un recital de Led Zeppelin sin partirse en pedazos. ¿Te gusta la comida tailandesa? ¿Pero qué tiene de malo la italiana? Epa, calma. Me gustan las dos. Sí, se puede. Me puede gustar el rugby, el fútbol y los musicales de Stephen Sondheim. El gótico victoriano y las instalaciones de Damien Hirst. Herb Alpert & The Tijuana Brass y las obras para piano de Hindemith. Los himnos ingleses y Richard Dawkins. Las ediciones originales de Norman Douglas, y además los iPods, el billar inglés, los dardos y el ballet.
O bien, tal como lo enunció Peterson en 2005 sintetizando veinte años de investigación: "Observamos un deslizamiento en la política de los grupos de elite, desde aquella intelectualidad esnob que desdeña toda la cultura baja, vulgar o popular de masas [.] hacia la intelectualidad omnívora que consume un amplio espectro de formas artísticas populares así como cultas". En otras palabras, ninguna obra de la cultura me es ajena: no me identifico con ninguna en un ciento por ciento, de manera total y absoluta, y menos aún al precio de negarme otros placeres. En todas partes me siento como en casa, a pesar de que (o quizá porque) no hay ningún lugar que pueda considerar mi casa. No se trata tanto de la confrontación entre un gusto (refinado) y otro (vulgar), como de lo omnívoro contra lo unívoro, la disposición a consumirlo todo contra la selectividad melindrosa. La elite cultural está vivita y coleando: hoy está más activa y ávida que nunca. pero está tan ocupada siguiendo hits y otros eventos culturales célebres que no tiene tiempo para formular cánones de fe o convertir a otros.
Aparte del principio de "no ser puntilloso, no ser quisquilloso" y "consumir más", no tiene nada que decir a la multitud unívora que está en la base de la jerarquía cultural.
Y sin embargo, como se lee en una obra de Pierre Bourdieu de hace apenas unas décadas, hubo un tiempo en que cada oferta artística estaba dirigida a una clase social específica, y sólo a esa clase, en tanto que era aceptada únicamente -o primordialmente- por esa clase. El triple efecto de aquellas ofertas artísticas -definición de clase, segregación de clase y manifestación de pertenencia a una clase- era, de acuerdo con Bourdieu, su esencial razón de ser, la más importante de sus funciones sociales, quizás incluso su objetivo oculto, si no declarado.
Según Bourdieu, las obras de arte destinadas al consumo estético indicaban, señalaban y protegían las divisiones entre clases, demarcando y fortificando legiblemente las fronteras que separaban unas de otras. A fin de trazar fronteras inequívocas y protegerlas con eficacia, todos los objets d'art, o al menos una significativa mayoría, debían estar destinados a conjuntos mutuamente excluyentes, cuyos contenidos no correspondía mezclar ni aprobar o poseer de forma simultánea. Lo que contaba no eran tanto sus contenidos o cualidades innatas como sus diferencias, su intolerancia mutua y la prohibición de conciliarlas, características erróneamente presentadas como manifestación de su resistencia innata e inmanente a las relaciones morganáticas. Había gustos de las elites -"alta cultura" por naturaleza-, gustos mediocres o "filisteos" típicos de la clase media y gustos "vulgares", venerados por las clases bajas: y mezclar esos gustos era más difícil que mezclar agua con fuego. Quizá la naturaleza abominara del vacío, pero lo indudable era que la cultura no toleraba una mélange. En La distinción, Bourdieu dijo que la cultura se manifestaba ante todo como un instrumento útil concebido a conciencia para marcar diferencias de clase y salvaguardarlas: como una tecnología inventada para la creación y la protección de divisiones de clase y jerarquías sociales.
En resumen, la cultura se manifestaba tal como la había descripto Oscar Wilde un siglo antes: "Quienes encuentran significados bellos en las cosas bellas son espíritus cultivados [.]. Son los elegidos, y para ellos las cosas bellas sólo significan belleza". "Los elegidos", es decir, los que cantan loas a aquellos valores que ellos mismos sostienen, al tiempo que se aseguran el triunfo en el concurso de canciones. Es inevitable que encuentren significados bellos en la belleza, ya que son ellos quienes deciden qué es la belleza; incluso antes de que comenzara la búsqueda de la belleza, quiénes si no los elegidos decidieron dónde buscarla (en la ópera y no en el music hall o en un puesto de feria; en las galerías y no en las paredes de la ciudad o en las reproducciones baratas que decoran las casas obreras y campesinas; en volúmenes con tapas de cuero y no en la gráfica del periódico o en otras publicaciones que se adquieren por centavos). Los elegidos no son elegidos en virtud de su percepción de lo bello, sino más bien en virtud de que la aserción "esto es bello" es vinculante precisamente porque la han pronunciado ellos y la han confirmado con sus acciones.
Sigmund Freud creía que el saber estético busca en vano la esencia, la naturaleza y las fuentes de la belleza, sus cualidades inmanentes, por así decir, y suele ocultar su ignorancia en un torrente de pronunciamientos pomposos, presuntuosos y en última instancia vacíos. "La belleza no tiene una utilidad evidente -decreta Freud-, ni es manifiesta su necesidad cultural, y sin embargo la cultura no podría vivir sin ella."
Pero por otra parte, tal como sugiere Bourdieu, la belleza tiene sus beneficios y hay una necesidad de que exista. Aunque los beneficios no son "desinteresados", como aseveraba Kant, son beneficios de todos modos, y si bien la necesidad no es necesariamente cultural, es social; y es muy probable que tanto los beneficios como la necesidad de distinguir entre belleza y fealdad, o entre delicadeza y vulgaridad, perduren mientras existan la necesidad y el deseo de distinguir la alta sociedad de la baja sociedad, así como al connoisseur de gustos refinados de quienes tienen mal gusto, de las vulgares masas, de la plebe y de la chusma...
Luego de considerar atentamente estas descripciones e interpretaciones, queda claro que la "cultura" (un conjunto de preferencias sugeridas, recomendadas e impuestas en virtud de su corrección, excelencia o belleza) era para los autores citados, en primer lugar y en definitiva, una fuerza "socialmente conservadora". A fin de demostrar su eficacia en esta función, la cultura tenía que poner en práctica, con igual tesón, dos actos de subterfugio aparentemente contradictorios. Tenía que ser tan enfática, severa e inflexible en sus avales como en sus censuras, en otorgar como en negar entradas, en autorizar documentos de identidad como en negar derechos de ciudadanía. Además de identificar qué era deseable y recomendable por ser "como debe ser" -familiar y acogedor-, la cultura necesitaba significantes para indicar qué cosas merecían desconfianza y debían ser evitadas a causa de su bajeza y su amenaza encubierta; letreros que advirtieran, como más allá de los confines de Roma en los mapas antiguos, que hic sunt leones: aquí hay leones. La cultura debía asemejarse al náufrago de aquella parábola inglesa aparentemente irónica pero de intención moralizante, que a fin de sentirse como en casa, es decir, de adquirir una identidad y defenderla con eficacia, tuvo que construir tres moradas en la isla desierta donde había zozobrado su barco: la primera era su vivienda, la segunda era el club que frecuentaba todos los sábados y la tercera cumplía la sola función de ser el lugar cuyo umbral el náufrago no debía cruzar, y en consecuencia evitó cruzar asiduamente en todos los largos años que pasó en la isla.
Cuando fue publicado hace más de treinta años, La distinción de Bourdieu puso patas arriba el concepto original de "cultura" nacido con la Ilustración y luego transmitido de generación en generación. El significado de cultura que descubría, definía y documentaba Bourdieu estaba a una distancia remota del concepto de "cultura" tal como se lo había moldeado e introducido en el lenguaje corriente durante el tercer cuarto del siglo XVIII, casi al mismo tiempo que el concepto inglés de refinement y el alemán de Bildung.
De acuerdo con su concepto original, la "cultura" no debía ser una preservación del statu quo sino un agente de cambio; más precisamente, un instrumento de navegación para guiar la evolución social hacia una condición humana universal. El propósito original del concepto de "cultura" no era servir como un registro de descripciones, inventarios y codificaciones de la situación imperante, sino más bien fijar una meta y una dirección para las iniciativas futuras. El nombre "cultura" fue asignado a una misión proselitista que se había planeado y emprendido como una serie de tentativas cuyo objeto era educar a las masas y refinar sus costumbres, para mejorar así la sociedad y conducir al "pueblo" -es decir, a quienes provenían de las "profundidades de la sociedad- hacia sus más altas cumbres. La "cultura" se asociaba a un "rayo de luz" que pasaba "bajo los aleros" para ingresar a las moradas del campo y la ciudad, llegando a los oscuros escondrijos del prejuicio y la superstición que, como tantos otros vampiros (se creía), no sobrevivirían a la luz del día. De acuerdo con el apasionado pronunciamiento de Matthew Arnold en su influyente libro con el sugestivo título Cultura y anarquía (1869), la "cultura" "procura suprimir las clases sociales, difundir en todas partes lo mejor que se haya pensado o conocido en el mundo, lograr que todos los hombres vivan en una atmósfera de belleza e inteligencia"; además, de acuerdo con otra opinión expresada por Arnold en su introducción a Literature and Dogma (1873), la cultura es la combinación de los sueños y los deseos humanos con el esfuerzo de quienes quieren y pueden satisfacerlos: "La cultura es la pasión por la belleza y la inteligencia, y (más aún) la pasión por hacerlas prevalecer".
La palabra "cultura" ingresó en el vocabulario moderno como una declaración de intenciones, como el nombre de una misión que aún era preciso emprender. El concepto era tanto un eslogan como un llamado a la acción. Al igual que el concepto que proporcionó la metáfora para describir esta intención (el concepto de "agricultura", que asociaba a los agricultores con los campos que cultivaban), exhortaba al labrador y al sembrador a que araran y sembraran el suelo árido para enriquecer la cosecha mediante el cultivo (incluso Cicerón usó esta metáfora al describir la educación de los jóvenes con el término cultura animi). El concepto suponía una división entre los educadores llamados a cultivar las almas, relativamente escasos, y los numerosos sujetos que habían de ser cultivados; los guardianes y los guardados, los supervisores y los supervisados, los educadores y los educandos, los productores y sus productos, sujetos y objetos, así como el encuentro que debía tener lugar entre ellos.
De la palabra "cultura" se infería un acuerdo planeado y esperado entre quienes poseían el conocimiento (o al menos estaban seguros de poseerlo) y los incultos (llamados así por sus entusiastas aspirantes a educadores); un contrato, vale aclarar, provisto de una sola firma, endosado de forma unilateral y puesto en marcha bajo la exclusiva dirección de la flamante "clase instruida", que reivindicaba su derecho a moldear el orden "nuevo y mejor" sobre las cenizas del Ancien Régime. La intención expresa de esta nueva clase era la educación, la ilustración, la elevación y el ennoblecimiento de le peuple, de quienes recientemente habían sido investidos del rol de citoyens en los nuevos état-nations, el apareamiento de una nación recién formada que se elevaba a la existencia de Estado soberano con el nuevo Estado que aspiraba a desempeñar el papel de fideicomisario, defensor y guardián de la nación.
El "proyecto de ilustración" otorgaba a la cultura (entendida como actividad semejante al cultivo de la tierra) el estatus de herramienta básica para la construcción de una nación, un Estado y un Estado nación, a la vez que confiaba esa herramienta a las manos de la clase instruida. Entre ambiciones políticas y deliberaciones filosóficas, pronto cristalizaron dos metas gemelas de la empresa de ilustración (ya se las anunciara abiertamente o se las supusiera de forma tácita) en el doble postulado de la obediencia de los súbditos y la solidaridad entre compatriotas.
El crecimiento del "populacho" incrementaba la confianza del Estado nación en formación, pues se creía que el incremento en el número de potenciales trabajadores-soldados aumentaría su poder y garantizaría su seguridad. Sin embargo, puesto que el esfuerzo conjunto de la construcción nacional y el crecimiento económico también resultaba en un excedente cada vez mayor de individuos (en esencia, era preciso desechar categorías enteras de población para dar a luz y fortalecer el orden deseado, así como acelerar la creación de riquezas), el flamante Estado nación pronto enfrentó la apremiante necesidad de buscar nuevos territorios allende sus fronteras: territorios con capacidad para absorber el exceso de población que ya no encontraba lugar entre los límites del suyo.
La perspectiva de colonizar dominios lejanos demostró ser un potente estímulo para la idea iluminista de la cultura y dotó la misión proselitista de una dimensión completamente nueva que abarcaba en potencia al mundo entero. En exacto reflejo de la idea de "ilustración del pueblo" se forjó el concepto de la "misión del hombre blanco", que consistía en "salvar al salvaje de su barbarie". Pronto estos conceptos serían dotados de un comentario teórico en la forma de una teoría evolucionista de la cultura, que elevaba el mundo "desarrollado" al estatus de incuestionable perfección, que tarde o temprano habría de ser imitada o deseada por el resto del planeta. En aras de esta meta era preciso ayudar activamente al resto del mundo, coaccionándolo en caso de que opusiera resistencia. La teoría evolucionista de la cultura adjudicaba a la sociedad "desarrollada" la función de convertir a todos los habitantes del planeta. Todas sus futuras empresas e iniciativas se reducían al papel que estaba destinada a desempeñar la elite instruida de la metrópoli colonial frente a su propio "populacho" metropolitano.
Bourdieu concibió su investigación, recabó los datos y los interpretó en el preciso momento en que estas iniciativas comenzaban a perder su ímpetu y su sentido de dirección, y en términos generales ya estaban exánimes, al menos en las metrópolis donde se tramaban las visiones del futuro esperado y postulado, aunque no tanto en las periferias del imperio, desde donde las fuerzas expedicionarias eran llamadas a volver mucho antes de que hubieran logrado elevar la vida de los nativos a los estándares adoptados en las metrópolis. En cuanto a estas últimas, la ya bicentenaria declaración de intenciones había logrado establecer en ellas una amplia red de instituciones ejecutivas, financiadas y administradas principalmente por el Estado, con suficiente vigor como para apoyarse en su propio ímpetu, su rutina arraigada y su inercia burocrática. Ya se había moldeado el producto deseado (un "populacho" transformado en un cuerpo cívico) y se había asegurado la posición de las clases educadoras en el nuevo orden, o al menos se había logrado que fueran aceptadas como tales. Lejos de aquella audaz y arriesgada tentativa, cruzada o misión de antaño, la cultura se asemejaba ahora a un mecanismo homeostático: una suerte de giroscopio que protegía al Estado nación de los vientos de cambio y de las contracorrientes, a la vez que lo ayudaba, a pesar de las tempestades y los caprichos del tiempo inestable, a "mantener el barco en su rumbo correcto" (o bien, como diría Talcott Parsons mediante su expresión por entonces en boga, permitir que el "sistema" "recobre su propio equilibrio").
En resumen, la "cultura" dejaba de ser un estimulante para transformarse en tranquilizante, dejaba de ser el arsenal de una revolución moderna para transformarse en un depósito de productos conservantes. La "cultura" pasó a ser el nombre de las funciones adjudicadas a estabilizadores, homeostatos o giróscopos. Cuando Bourdieu la captó, inmovilizó, registró y analizó a la manera de una instantánea en La distinción, la cultura se hallaba en pleno cumplimiento de estas funciones (que pronto se revelarían como efímeras). Bourdieu no logró sustraerse al destino del proverbial búho de Minerva, esa diosa de toda sabiduría: observaba un paisaje iluminado por el sol poniente, cuyos contornos habían adquirido una nitidez momentánea que pronto se fundiría en el inminente crepúsculo. Lo que captó en su análisis fue la cultura en su etapa homeostática: la cultura al servicio del statu quo, de la reproducción monótona de la sociedad y el mantenimiento del equilibrio del sistema, justo antes de la inevitable pérdida de su posición, que se aproximaba a paso redoblado.
Esa pérdida de posición fue el resultado de una serie de procesos que estaban transformando la modernidad, llevándola de su fase "sólida" a su fase "líquida". Uso aquí el término "modernidad líquida" para la forma actual de la condición moderna, que otros autores denominan "posmodernidad", "modernidad tardía", "segunda" o "híper" modernidad. Esta modernidad se vuelve "líquida" en el transcurso de una "modernización" obsesiva y compulsiva que se propulsa e intensifica a sí misma, como resultado de la cual, a la manera del líquido -de ahí la elección del término-, ninguna de las etapas consecutivas de la vida social puede mantener su forma durante un tiempo prolongado. La "disolución de todo lo sólido" ha sido la característica innata y definitoria de la forma moderna de vida desde el comienzo, pero hoy, a diferencia de ayer, las formas disueltas no han de ser remplazadas -ni son remplazadas- por otras sólidas a las que se juzgue "mejoradas", en el sentido de ser más sólidas y "permanentes" que las anteriores, y en consecuencia aún más resistentes a la disolución. En lugar de las formas en proceso de disolución, y por lo tanto no permanentes, vienen otras que no son menos -si es que no son más- susceptibles a la disolución y por ende igualmente desprovistas de permanencia.
Al menos en esa parte del planeta donde se formulan, se difunden, se leen con fruición y se debaten apasionadamente las apelaciones en favor de la cultura (a la que, recordemos, se había relevado antes de su rol de asistente de las naciones, los Estados y las jerarquías sociales en proceso de autodeterminación y autoconfirmación), ésta pierde rápidamente su función de sierva de una jerarquía social que se reproduce a sí misma. Las tareas hasta entonces encomendadas a la cultura fueron cayendo una por una, quedaron abandonadas o pasaron a ser cumplidas por otros medios y con diferentes herramientas. Liberada de las obligaciones que le habían impuesto sus creadores y operadores -obligaciones consecuentes con el rol primero misional y luego homeostático que cumplía en la sociedad-, la cultura puede ahora concentrarse en la satisfacción y la solución de necesidades y problemas individuales, en pugna con los desafíos y las tribulaciones de las vidas personales.
Puede decirse que la cultura de la modernidad líquida (y más en particular, aunque no de forma exclusiva, su esfera artística) se corresponde bien con la libertad individual de elección, y que su función consiste en asegurar que la elección sea y continúe siendo una necesidad y un deber ineludible de la vida, en tanto que la responsabilidad por la elección y sus consecuencias queda donde la ha situado la condición humana de la modernidad líquida: sobre los hombros del individuo, ahora designado gerente general y único ejecutor de su "política de vida".
No hablamos aquí de un cambio de paradigma ni de su modificación: resulta más apropiado hablar del comienzo de una era "posparadigmática" en la historia de la cultura (y no sólo de la cultura). Aunque el término "paradigma" aún no ha desaparecido del vocabulario cotidiano, se ha sumado a la familia de las "categorías zombis" (como diría Ulrich Beck), que crece a paso acelerado: categorías que deben ser usadas sous rature [en borrador] si, en ausencia de sustitutos adecuados, todavía no estamos en condiciones de renunciar a ellas (como preferiría decirlo Jacques Derrida). La modernidad líquida es una arena donde se libra una constante batalla a muerte contra todo tipo de paradigmas, y en efecto contra todos los dispositivos homeostáticos que sirven a la rutina y al conformismo, es decir que imponen la monotonía y mantienen la predictibilidad. Ello se aplica tanto al concepto paradigmático heredado de cultura como a la cultura en sentido amplio (es decir, la suma total de los productos artificiales o el "excedente de la naturaleza" hecho por el ser humano), que aquel concepto intentó captar, asimilar intelectualmente y volver inteligible.
Hoy la cultura no consiste en prohibiciones sino en ofertas, no consiste en normas sino en propuestas. Tal como señaló antes Bourdieu, la cultura hoy se ocupa de ofrecer tentaciones y establecer atracciones, con seducción y señuelos en lugar de reglamentos, con relaciones públicas en lugar de supervisión policial: produciendo, sembrando y plantando nuevos deseos y necesidades en lugar de imponer el deber. Si hay algo en relación con lo cual la cultura de hoy cumple la función de un homeostato, no es la conservación del estado presente sino la abrumadora demanda de cambio constante (aun cuando, a diferencia de la fase iluminista, se trata de un cambio sin dirección, o bien en una dirección que no se establece de antemano). Podría decirse que sirve no tanto a las estratificaciones y divisiones de la sociedad como al mercado de consumo orientado por la renovación de existencias.
La nuestra es una sociedad de consumo: en ella la cultura, al igual que el resto del mundo experimentado por los consumidores, se manifiesta como un depósito de bienes concebidos para el consumo, todos ellos en competencia por la atención insoportablemente fugaz y distraída de los potenciales clientes, empeñándose en captar esa atención más allá del pestañeo. Tal como señalamos al comienzo, la eliminación de las normas rígidas y excesivamente puntillosas, la aceptación de todos los gustos con imparcialidad y sin preferencia inequívoca, la "flexibilidad" de preferencias (el actual nombre políticamente correcto para el carácter irresoluto), así como las elecciones transitorias e inconsecuentes, constituyen la estrategia que se recomienda ahora como la más sensata y correcta. Hoy la insignia de pertenencia a una elite cultural es la máxima tolerancia y la mínima quisquillosidad. El esnobismo cultural consiste en negar ostentosamente el esnobismo. El principio del elitismo cultural es la cualidad omnívora: sentirse como en casa en todo entorno cultural, sin considerar ninguno como el propio, y mucho menos el único propio. Un crítico y reseñador de TV de la prensa intelectual británica elogió un programa del Año Nuevo 2007-2008 por su promesa de "brindar un conjunto de entretenimientos musicales para satisfacer el apetito de todos". "Lo bueno -explicó- es que su atractivo universal permite a uno entrar y salir del show según la preferencia." Es una cualidad digna de elogio y en sí admirable de la oferta cultural en una sociedad donde las redes reemplazan a las estructuras, en tanto que un juego ininterrumpido de conexión y desconexión de esas redes, así como la interminable secuencia de conexiones y desconexiones, reemplazan a la determinación, la fidelidad y la pertenencia.
Hay otro aspecto a destacar en las tendencias aquí descriptas: una de las consecuencias de que el arte se quite de encima la carga de cumplir una función de peso es también la distancia, a menudo irónica o cínica, que adoptan con respecto a él tanto sus creadores como sus receptores. Hoy el discurso sobre el arte rara vez adquiere el tono ceremonioso o reverencial tan común en el pasado. Ya no se llega a las manos. No se levantan barricadas. No hay destellos de puñales. Si se dice algo en relación con la superioridad de una forma de arte sobre otra, se lo expresa sin pasión y sin brío; por otra parte, las visiones condenatorias y la difamación son menos frecuentes que nunca. Tras este estado de las cosas se esconde una sensación de vergüenza, una falta de confianza en sí mismo, una suerte de desorientación: si los artistas ya no tienen a su cargo tareas grandiosas y trascendentes, si sus creaciones no sirven a otro propósito que brindar fama y fortuna a unos pocos elegidos, además de entretener y complacer personalmente a sus receptores, ¿cómo han de ser juzgados si no es por el bombo publicitario que acaso reciben en un momento dado? Tal como sintetizó diestramente Marshall McLuhan esta situación, "el arte es cualquier cosa que permita a uno salirse con la suya". O tal como Damien Hirst -actual niño mimado de las más elegantes galerías londinenses y de quienes pueden darse el lujo de ser sus clientes- admitió cándidamente al recibir el Premio Turner, prestigioso galardón británico de arte: "Es asombroso lo mucho que se puede hacer con un promedio escolar regular en artes, una imaginación retorcida y una sierra".
Las fuerzas que impulsan la transformación gradual del concepto de "cultura" en su encarnación moderna líquida son las mismas que contribuyen a liberar los mercados de sus limitaciones no económicas: principalmente sociales, políticas y étnicas. La economía de la modernidad líquida, orientada al consumo, se basa en el excedente y el rápido envejecimiento de sus ofertas, cuyos poderes de seducción se marchitan de forma prematura. Puesto que resulta imposible saber de antemano cuáles de los bienes ofrecidos lograrán tentar a los consumidores, y así despertar su deseo, sólo se puede separar la realidad de las ilusiones multiplicando los intentos y cometiendo errores costosos. El suministro perpetuo de ofertas siempre nuevas es imperativo para incrementar la renovación de las mercancías, acortando los intervalos entre la adquisición y el desecho a fin de reemplazarlas por bienes "nuevos y mejores". Y también es imperativo para evitar que los reiterados desencantos de bienes específicos lleven a desencantar por completo esa vida pintada con los colores del frenesí consumista sobre el lienzo de las redes comerciales.
La cultura se asemeja hoy a una sección más de la gigantesca tienda de departamentos en que se ha transformado el mundo, con productos que se ofrecen a personas que han sido convertidas en clientes. Tal como ocurre en las otras secciones de esta megatienda, los estantes rebosan de atracciones que cambian a diario, y los mostradores están festoneados con las últimas promociones, que se esfumarán de forma tan instantánea como las novedades envejecidas que publicitan. Los bienes exhibidos en los estantes, así como los anuncios de los mostradores, están calculados para despertar antojos irreprimibles, aunque momentáneos por naturaleza (tal como lo enunció George Steiner, "hechos para el máximo impacto y la obsolescencia instantánea"). Tanto los mercaderes de los bienes como los autores de los anuncios combinan el arte de la seducción con el irreprimible deseo que sienten los potenciales clientes de despertar la admiración de sus pares y disfrutar de una sensación de superioridad.
Para sintetizar, la cultura de la modernidad líquida ya no tiene un "populacho" que ilustrar y ennoblecer, sino clientes que seducir. En contraste con la ilustración y el ennoblecimiento, la seducción no es una tarea única, que se lleva a cabo de una vez y para siempre, sino una actividad que se prolonga de forma indefinida. La función de la cultura no consiste en satisfacer necesidades existentes sino en crear necesidades nuevas, mientras se mantienen aquellas que ya están afianzadas o permanentemente insatisfechas. El objetivo principal de la cultura es evitar el sentimiento de satisfacción en sus ex súbditos y pupilos, hoy transformados en clientes, y en particular contrarrestar su perfecta, completa y definitiva gratificación, que no dejaría espacio para nuevos antojos y necesidades que satisfacer.
Traducción: Lilia Mosconi
La cultura en el mundo de la modernidad líquida
Zygmunt Bauman
Fondo de Cultura Económica.
 http://www.lanacion.com.ar/1615061-zygmunt-bauman-la-cultura-en-la-era-del-consumo

Más financiamiento para la educación

Lejos de las metas



Hay que lamentar que al vencer la ley de financiamiento de la educación en 2010 no se hiciera una evaluación de sus resultados educativos, sociales y económicos, y que ella no fuera prorrogada o, mejor aún, reemplazada por una versión superadora. Algo muy difícil de comprender y que afianza las dudas de muchos acerca del bajo compromiso efectivo de los gobernantes con la educación.
Se construyó, en cambio, uno más de los relatos al uso, de apariencia incuestionable, afirmando el cumplimiento sin atenuantes y sin precedente de las metas financieras. La realidad es que la inversión en educación, ciencia y tecnología como porcentaje del producto bruto interno ha sido un logro de la democracia, de todos nosotros: aumentó sostenidamente, más allá de inevitables ciclos y pese a los dramáticos avatares socioeconómicos del país, desde 1983. El incremento fue mayor entre 1980/83 y 2000 (0,13% del PBI por año) que entre 2000 y 2010 (cuando alcanzó un 0,09 anual).
Más allá de polémicas decimales o sobre los años correctos a medir, es claro que estamos en presencia de una tendencia y no de un milagro ocurrido a partir de 2005. Además, si tenemos en cuenta las circunstancias externas extraordinariamente favorables de la mayor parte de este siglo, tanto mejores que las soportadas por los gobiernos democráticos anteriores, los recientes logros de financiamiento de la educación tienen gusto a poco. Parte de esta confusión surge de las falacias del Indec, que no se limitan a la inflación y alcanzan también al producto bruto interno. Por ejemplo, en la versión oficial la meta de invertir 6% del PBI en educación, ciencia y tecnología se habría cumplido con creces al llegar a 6,23%. Pero usando una versión más realista del PBI, la inversión verdadera fue 5,76% del PBI y la meta no se cumplió.
No alcanza hacia el futuro lo establecido en el artículo 9 de la ley de educación nacional de 2006, que establece que desde 2011 el presupuesto consolidado del Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires destinado exclusivamente a educación no será inferior al 6% del PBI. Y no alcanza por más que se lo ratifique cada año en el presupuesto nacional, porque nada se dice de las obligaciones específicas de cada provincia, ni de las de la Nación, como sí lo hacía la ley de financiamiento.
Aunque no se ha informado oficialmente, evidencias parciales indican que se habría cumplido en 2011, pero no en 2012. Para 2013 se han agregado cláusulas insólitas, como la que dice que hay que asegurar el reparto automático de los recursos a los municipios para cubrir gastos ligados a la finalidad educación. Es cierto que, ante las falencias de la Nación y de las provincias y pese a no ser su función, los municipios están realizando cada vez más tareas educativas. Pero la cláusula difiere de la ley de financiamiento original, que se refería sólo a la Nación y las provincias. Sin ley, en fin, hay también menos reaseguros del cumplimiento de las metas, por ejemplo, por la desaparición de los recursos coparticipables de las provincias como garantía de su cumplimiento; la garantía dada por los coparticipables de la Nación estaba en el proyecto original de 2005, pero fue escamoteada de la ley.
Más importante aún es que las metas propiamente educativas quedaron incumplidas en gran medida. La escolarización de 12 a 24 años aumentó apenas de 60,5% a 61,7% entre 2001 y 2010. La graduación a tiempo en la escuela media subió entre 2003 y 2010 tan sólo del 39% al 44%. A los 15 años de edad, sólo un 52% de los chicos comprenden cabalmente lo que leen. En concordancia, la prioridad de los más pobres está mucho más presente en el relato que en la realidad, y la participación de la educación básica en el financiamiento educativo cayó del 38% al 32% entre 2003 y 2010, principalmente por el aumento de la educación superior. El aumento de los salarios docentes -cerca de un 30% en términos reales desde 2005- absorbió, puede estimarse, cerca de un 75% de los recursos. Esta mejora es condición imprescindible para jerarquizar la profesión y también para lograr los objetivos de escolarización y calidad educativa. Pero esa participación limitó otras metas y, además, no tuvo hasta ahora contraprestación en el cumplimiento de otros mandatos de las leyes que se condicionaron a la negociación colectiva, tales como que los mejores docentes enseñen en las escuelas y zonas más necesitadas o que ellos puedan llegar a la máxima jerarquía salarial sin dejar el aula. Sí se logró en parte más concentración de las horas de los profesores de la enseñanza media en una o dos escuelas, para acentuar así su compromiso con el proyecto educativo institucional.
Lo reseñado evidencia que sin una mejora sustancial de las políticas la educación en la Argentina seguirá perdiendo posiciones aun en el contexto latinoamericano y no podrá cumplir el rol que le cabe de aportar a la construcción de una sociedad más justa y con menos exclusión. Se sabe que el poder de las leyes para transformar la realidad es limitado, pero una nueva ley, ya no sólo de financiamiento, sino también de justicia y calidad educativas, colocaría esta cuestión en lo más alto de la agenda pública y ayudaría al cumplimiento de renovadas metas de inversión ligadas a otras educativas. Entre ellas, deberían destacarse la efectiva prioridad a los chicos que viven en contextos más desfavorables, para impulsar su acceso a la educación inicial; la doble jornada para que todos puedan acceder al desarrollo físico, la segunda lengua, la tecnología o la expresión artística, así como a la adquisición de competencias laborales en la enseñanza media, para reducir el casi millón de jóvenes que no trabajan ni estudian. Esto debería acompañarse con renovadas políticas de mejora escolar, sólo posibles con evaluaciones censales de los aprendizajes cada dos años. No es que no se esté "haciendo nada", ya que hay algunas jurisdicciones que han iniciado estos caminos y, desde la órbita nacional, se ha lanzado un plan 2012-2016 que contiene algunas de las metas mencionadas. Pero el ritmo de avance de las políticas nacionales y de la gran mayoría de las provincias está todavía muy lejos del necesario para impedir que continúe el retraso educativo del país y, sobre todo, de los más necesitados.
Más dinero no garantiza mejores resultados educativos. Pero sin más y mejor financiamiento tampoco habrá más educación inicial, ni más chicos con doble jornada, ni competencias laborales de los jóvenes. Decididamente, no alcanza para eso el 6% del PBI. Por eso es digno de consideración el proyecto de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, de invertir en la educación la mayor parte de las rentas de las nuevas reservas de petróleo y gas. La idea es clara: lograr un desarrollo sostenible mediante la transformación de los recursos no renovables en capital humano que posibilite una sociedad más justa e inclusiva.
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