miércoles, 14 de enero de 2015

Desnutrición y educación

13/01/2015 REALIDAD

Desnutrición y educación

Yolanda Quiroga (*)

        
Argentina, país rico, cuyo crecimiento estuvo basado en su fortaleza sostenida a través de la producción alimenticia del sector agropecuario y los recursos humanos, nos sorprende con noticias como el fallecimiento de un chico de siete años, perteneciente a la comunidad qom, quien tenía tuberculosis y desnutrición severa, en la provincia de Chaco.

La desnutrición y la indigencia da cuenta de las desigualdades sociales. No se conocen estadísticas reales respecto a la desnutrición infantil en el país. Las etnias que habitan el país necesitan de políticas públicas porque son seres humanos como nosotros, requieren satisfacer necesidades básicas a pesar de la denominación de "impenetrables" y debe atenderse la diversidad.

El especialista en nutrición y presidente de la Fundación CONIN, Dr. Abel Albino, expresó: "Argentina es el sexto país del mundo en riqueza, y el primer país del mundo en riqueza en relación a sus habitantes". A través de su fundación quiere poner fin a la desnutrición infantil y tiene como objetivo "terminar la guerra del hombre contra el hombre, e iniciar la guerra del hombre contra el hambre".

La desnutrición infantil es una deuda pendiente del país. "Una gran nación se construye con niños leyendo y escribiendo, pero para que los niños puedan aprender estas habilidades primero, tienen que tener cerebro sano, y para eso, es fundamental la nutrición durante el embarazo y los dos primeros años de vida".

La desnutrición es una consecuencia de la pobreza y no se soluciona con un bolso de comida o una asignación de dinero porque se trata de una problemática compleja que requiere una solución integral. "El pobre es un individuo como nosotros pero sin plata". Es pobre en alimentación, en educación, en familia, en afecto, en amigos, en sueños, en alegrías, en proyectos y además no tienen plata. El Dr. Albino considera que para disminuir la desnutrición infantil es necesario: "Cuidar el desarrollo del cerebro con buena nutrición y afecto, necesarios para una vida saludable".

Educar el cerebro con una escolaridad primaria y secundaria. Construir sistemas cloacales en todos los asentamientos humanos. Llegar con agua potable y gas natural para que todos puedan tener agua fría y caliente en su casa. Llevar electricidad a todos los hogares argentinos.

La educación es una herramienta fundamental para paliar la desnutrición. Si hablamos de desnutrición es fundamental tener en cuenta que se debe preservar el cerebro, ya que "podemos tener la mejor semilla del mundo, pero si no lo cultivamos en la tierra adecuada, no germinará o lo hará precariamente. Sin cerebro no hay educación posible, sin tierra preparada, no hay semilla que germine".

La nutrición adecuada primero, y la educación después, deberían ser una política de Estado.

Fernando Manes, neurocientífico, expresó: "La emergencia social es el hambre, la violencia. Hay que atacar esos flagelos en forma inmediata y nada más urgente que el hambre en un hogar argentino. Estoy seguro que se requiere un paradigma que incluya una revolución educativa, y que tome como prioridad el conocimiento con un cerebro sano".

La desnutrición en la niñez menor de cinco años incrementa los riesgos de muerte e inhibe su desarrollo cognitivo afectando el estado de salud de por vida. El hambre disminuye la escolaridad y perjudica la capacidad de aprendizaje.

Las investigaciones realizadas determinan las interrelaciones entre estado nutricional, desarrollo cerebral, inteligencia y rendimiento escolar.

Investigadores como Stoch y Smyth fueron los primeros en formular opiniones referidas a que la desnutrición puede inhibir el crecimiento del cerebro, y esto produciría una reducción permanente de su tamaño y un bajo desarrollo intelectual. Las condiciones de malnutrición y variables asociadas, limitan seriamente la capacidad productiva e intelectual de los pueblos. Considerando que la educación es la principal herramienta, mediante la cual se puede mejorar la calidad de los países, y que en términos absolutos el número de desnutridos ha aumentado en el mundo, es la más alta relevancia para la educación, analizar los efectos a largo plazo de la desnutrición acaecida en edad temprana.



(*) Especialista en educación, escritora, productora del programa "Botica Educativa" Radio Sarmiento.                                                         http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=653637

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